2 de marzo de 2013

Pitágoras: El alma del hombre es inmortal.

Escultura de Pitágoras.

"Dirigía su oído y su espíritu hacia los sublimes consonancias del cosmos gracias a una inefable capacidad divina difícil de imaginar, oía y entendía él solo toda la armonía y el  concierto de las esferas y los astros que en él se mueven." Nicómaco de Gerasa.

Pitágoras funda la hermandad pitagórica c.529


Pitágoras viajó por Egipto, por Mesopotamía, por la India, por Caldea, por Persia... Y de allí donde fue recogio lo más avanzado del conocimiento alcanzado hasta la fecha. Por eso en su obra y en la de su escuela --pues cuando hablamos de "Pitágoras" en realidad nos estamos refiriendo a una "tradición pitagórica" donde imposible discernir entre el maestro y sus discípulos-- cabe encontrar los orígenes de las dos corrientes principales de la filosofía posterior.

Porque, en efecto, Pitágoras de Samos (c. 580-c. 495 a. C.) fue por un lado el primer matemático puro, y por otro el maestro espiritual de una de las corrientes religiosas más importantes de la Antigüedad.

De Pitágoras parten tanto la intuición mística de Platón, referente del saber obtenido directamente por comunión con el objeto, como el pensamiento de Aristóteles, quien consideraba que el conocimiento debía fundarse en algo más sólido que las intuiciones de un poeta. La vía del idealismo fue seguida no sólo pensadores neoplatónicos e irracionalistas, sino también por todos los escritores de tradición mística y romántica; la segunda es la tradición materialista de donde procede el desarrollo racional de matemáticas, la filosofía empirista y la ciencia experimental.
Pitágoras dibujo. 
Es muy probable que la inspiración para su idea sobre la inmortalidad del alma la tomase Pitágoras del pensamiento irnetal, bien directamente a través de su contacto con la civilización de los brahmanes, bien indirectamente a través de las tradiciones órficas gnósticas y mistéricas, que en su época --plena Era Axial-- se habían asentado ya en Grecia, originarias igualmente de Oriente. Para Pitágoras el espíritu humano procede de otro mundo y se halla en éste desterrado, encadenado al cuerpo por la sensualidad.
La vida en el más acá debe vivirse como una fuga hacia el más allá.
Por eso solía decir a sus discípulos: "Pero tú ten ánimo. De naturaleza divina son los mortales".

Viviendo una existencia pura el alma podía alcanzar la armonía con el cosmos.
--cuando el microcosmos del ser vibraba con el macrocosmos, la música de las esferas-- habría de concluir con la liberación del alma del círculo de reencarnaciones.

Más sobre historias en: Historias de reflexión

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